Queridas mamás, papás, seños, profes… Soy Inés (@go_mami_go en Instagram) y, desde el blog de Los Inventos de Mamá, os voy a presentar una actividad muy sensorial y manipulativa, que desarrolla múltiples habilidades en los niños: creatividad, motricidad y concentración. Además, es muy relajante y, por los ingredientes que contiene, es toda una invitación al tacto, al olfato y… ¿al gusto? Bueno, digamos que la plastilina casera es una actividad segura en caso de ingestión accidental, pero… ¡tampoco se trata de comérsela a pellizquitos! Aunque esté hecha con los ingredientes naturales que a continuación os voy a explicar, los niños deben jugar bajo la atenta mirada de un adulto: comestible, pero no muy saludable.
En casa hemos probado tres tipos de receta de plastilina casera, y os vamos a contar las ventajas y desventajas de cada una de ellas.
Plastilina casera Tradicional
La primera plastilina casera que os muestro es la más popular. Es como si fuéramos a hacer pan: harina, agua, sal, aceite y colorante alimenticio. En este caso, los niños pueden participar en todo el proceso: añadiendo los ingredientes en un cuenco y amasando. El colorante tiñe bastante, así que habrá que prevenirse de las manchas.
- 3 medidas de harina
- 1 medida de sal
- 1 medida de agua
- 1 cucharada pequeña de aceite vegetal
- colorante
Primero se mezclan los ingredientes secos en un cuenco, el colorante se puede diluir en el agua y añadirlo a continuación a la masa. Con el aceite le damos más suavidad. Os recomiendo que uséis sal fina, en lugar de gruesa, para que la plastilina no quede muy basta al tacto. El resultado es bastante bueno, aunque tendréis que ir ajustando los ingredientes (más o menos harina y agua) hasta que encontréis la textura deseada.
Aquí os dejo muestras de la primera masa de plastilina (rosa) comparándola con una original de Playdoh (verde).
Plastilina Casera Aromática de Gelatina
La segunda plastilina casera es parecida a la anterior, pero con un olor que alimenta, pues lleva:
- 1,5 medida de harina
- ¼ de medida de sal
- 1 sobre de gelatina en polvo (unos 25 gramos)
- 1 medida de agua caliente (hirviendo)
- 1 cucharada de aceite vegetal.
Como en el caso anterior, las cantidades pueden variar, y según la consistencia y textura que deseemos, podemos echar más o menos harina o agua. Incluso, se puede añadir algo más de gelatina si el color no sube mucho, o colorante alimenticio para terminar de teñir bien la masa. Del mismo modo que en la primera receta, mezclamos primero los ingredientes sólidos en un cuenco: harina, sal y gelatina. En el agua hirviendo podemos echar el aceite y vertemos todo sobre la mezcla anterior. Si vemos que no se colorea la masa, un poco más de gelatina o el colorante serían la solución.
¡Cuidado! Primero hay que amasar con una pala u otro utensilio de cocina y los niños no deberían entrar en esta parte del proceso para no quemarse. Cuando ya la masa se enfríe un poco, entonces sí ¡a manipular con ganas!

Esta plastilina que tiene un rosa más subido que la anterior es la que incluye gelatina (de frambuesa, en este caso). Aquí veis cómo se adapta perfectamente a las herramientas propias de la plastilina: hemos hecho un huerto con un molde, un camino con la huella de las ruedas de un tractor…
Plastilina Casera Dulce de Chocolate
La tercera y última receta que os traigo es la más fácil y gustosa, huele riquísima y dan ganas de comérsela. Tiene tan solo dos ingredientes, que hay que mezclar a partes iguales:
- azúcar glass
- crema de cacao (solo chocolate).
Al principio es muy pringosa y cuesta amasar. Es necesario ir echando un poco de azúcar en las manos o engrasarlas con aceite para poder manipular mejor la pasta.
La consistencia ideal para nosotros llegaba cuando podíamos hacer churritos, cogerlos de un extremo y comprobar que no se partían. Esta plastilina deja un poco de grasa en las manos (y en la ropa, y en la mesa…), pero es con esta con la que conseguimos la textura más parecida a la famosa Playdoh.
Paisaje ferroviario: tren de plastilina de chocolate, coche de plastilina de harina y agua y avión de plastilina de gelatina. La bicicleta es de plastilina Playdoh.

¿Cómo conservamos estas plastilinas?
En el frigorífico, en bolsas de plástico. Aun así, no duran más de una semana (sobre todo las que llevan agua). Pero merece la pena: se hacen rápidamente, con ingredientes naturales (no tóxicos) y con un aporte extra de aromas, texturas y experiencias en familia que las hacen únicas.
Solo dos consejos más: al sacarlas de la nevera, esperad que se atemperen un poco para poder manipularlas bien; no dudéis en añadir otros elementos, como purpurina, si queréis deslumbrar a vuestros peques (aunque en este caso dejarían de ser comestibles).
Detrás de @go_mami_go está Inés Rodríguez. Soy periodista ambiental. Al convertirme en mamá, me adentré en las redes sociales para buscar a otras mamis que apostaran por una crianza respetuosa; más adelante, a familias que inculcaran a sus hijos el amor por la naturaleza; y, al fin, encontré los Inventos de Mamá, que para mí reúne estos dos aspectos. Pasar tiempo con mi niño, reciclando y creando, y fomentando su curiosidad es lo mejor de mi día a día.
Flipantes los resultados, voy a hacer las 3 seguro!! empezaré por la segunda pq ya tengo los ingredientes en casa, pero quiero probarlas toooodasss!! con lo que nos gusta hacer masas y jugar con texturas!!! Gracias Inés y gracias Los Inventos de Mamá!!!
deseando ver cómo las disfrutáis en casa!